Ya son pocos los judíos que lo amasan -no es fácil y las
tradiciones se van perdiendo- pero hasta
no hace mucho, en las comunidades sefardíes, era indispensable en las mesas de
la cena de Shavuot ; primero, como elemento decorativo por su carga simbólica y
luego, en determinado momento, como alimento delicioso. tras la cena,
llega del mishmar -sesión nocturna de
Shavuot consagrada al estudio de la Torá- (la velada, en ladino) y en el
descanso de medianoche, cuando el judío vuelve a casa para tomar algo, es
cuando come el Pan de los Siete Cielos. Con café o té para mantenerse
despierto.
Su nombre, que hace relación a la tradición cabalística
sefardí, hace referencia a los siete
espacios de santidad por los cuales pasa
el alma una vez muerto el cuerpo. Puesto que Shavuot es una fiesta que celebra
el nacimiento del judaísmo, al centro de este pan se le denomina Monte (Sinaí)
y sobre ese monte giran siete coronas con determinados símbolos.
El primero, Lujot Ha´brit, las Tablas de la Ley, y con el
resto, moldear una mano, que representa con sus cinco dedos , el
Pentateuco; después se modela un pez,
pues tienen suerte (sobrevivieron todos al Diluvio Universal) La cuarta pieza
es un pájaro, porque una paloma anunció el fin y es símbolo de la Paz. El
último símbolo es una escalera de Yakob, que nos sube a los siete cielos
Ingredientes
Taza y media
de azúcar refinada (no morena)
1/2 taza de
agua templada, aser posible mineral (no de grifo, por la cal)
1 cucharada de
levadura en polvo
7 tazas de
harina de trigo tamizada en casa.
5 cucharadas
de aceite de sésamo
1/2 taza de
leche entera fresca, no uperisada, previamente hervida.
4 huevos
grandes, batidos hasta quedar espumantes.
1 cucharadita
de sal marina fina
1 cucharada
de ouzo, arak, anís o incluso cazalla
1/4 de uvas
pasas de Corinto (o sin pepitas en su defecto)
1 yema de
huevo mezclada con 1 cucharada de agua mineral
fría
Pasos a seguir:
Disolver una
cucharada de azúcar en agua templada y poco a poco agregar la levadura en polvo, sin dejar de
mover. Dejar esponjar durante quince minutos
mínimo.
En un recipiente
hondo, poner 3 tazas de harina y hacer en el centro un hueco. En ese lugar, se
agrega la mezcla de la levadura con azúcar y se mezlca bien, hasta crear una
masa homogénea y no densa, una crema muy
espesa pero no una masa para trabjar a mano. Se cubre con un pañó limpio y se deja reposar en lugar seco durante una
hora, hasta que leude. para que leude mejor, no se debe de mover el recipiente.
Agregar el aceite
de sésamo, la leche , los huevos batidos, la sal y el anisete (en este orden) y
amasar con las manos, no con utensilios ni con robots.
Agregar las pasas
de Corinto y formar una gran bola.
Enaceitar un recipiente distinto, también profundo, a
ser posible de cristal, y poner en él la
bola de esa masa, que curbirermos con un
paño ligeramente húmedo durante el
período de dos horas, hasta que doble su
volúmen más o menos.
Apartar 1/4 de
esa masa ya leudada . El resto, dividirla en dos partes y cubrirlas de nuevo por separado.
Se forman, con
cada bola, tres barras de unos 50 cms.
de largo y empezamos a trenzarlas como para si estuviéramos amasando una jalá.
La trenza se
enrosca sobre sí misma de forma helicoidal : es el monte.
Dividir la segunda
pieza de masa en siete piezas de diferentes tamaños y con la más pequeña rodear
el monte. Así sucesivamente, hasta tener siete aros rodeando al monte. Cuanto
más finas sean las piezas , mejor , porque hay que tener en cuenta que la
cocer, engordará todo.
De la pieza de
masa restante se hacen los símbolos uno por uno, y se adhieren a la msa de los
círculos.
Calentar el horno
a 180º C
Pintar con huevo
batido y hornear 45 minutos como de
costumbre en este tipo de masas.
Adjuntamos un esquema del libro La Cocina Sefardí para tener
una idea más clara de este pan delciioso pero no de fácil ejecución
Reproducción autorizada: © enlace judío
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